Ventajas de poner azulejos en la cocina

Por mucho cuidado que pongamos, es imposible cocinar sin que se ensucie algo, especialmente las paredes, en donde se pueden acumular salpicaduras, vapores, humedades y grasas, entre otros. Por este motivo, es muy importante revestir las paredes de un material resistente y fácil de limpiar, y no cabe duda de que los azulejos son la mejor opción.


La pared puede tener pintura normal, pero tarde o temprano se estropeará y tendrás que volver a pintar. Además, esa parte de la cocina se verá bastante fea cuando la pintura se empiece a ensuciar, así que hay que optar por alternativas más recomendables, como los azulejos.

¿Por qué poner azulejos?

Los azulejos están en gran parte de las cocinas, y eso es así gracias a sus múltiples ventajas. ¿Cuáles son? ¡Toma nota!:

– Sin duda resulta muy interesante lo fácil que se pueden limpiar, sea cual sea lo que lo haya manchado. Normalmente, con un simple trapo quedan relucientes. De vez en cuando, humedecido en vinagre y brillarán como el primer día.

– A nivel decorativo, los azulejos tienen también mucho que aportar, así que puedes jugar con los diseños para elegir un bonito contraste con los muebles. El color más tradicional es el blanco, pero puedes encontrarlos en prácticamente toda la paleta de colores.
– Los azulejos combinan perfectamente con otros revestimientos, como la pintura, así que puedes ponerlos solo en la zona de cocinado y el resto de las paredes con pintura. Quedará genial a nivel decorativo, especialmente si los azulejos son de un color y la pintura de otro.

– Una pared con azulejos es mucho más resistente que otras, siempre hablando de la cocina, precisamente por lo que comentaba anteriormente de que se limpian con mucha facilidad. Si un espacio está siempre limpio, es indudable que su durabilidad será mayor que la de otro que suele estar sucio.

Tipos de azulejos para la cocina

Para elegir el azulejo perfecto para tu cocina debes tener en cuenta los tipos que hay, así optarás por los más adecuados:

– Azulejos de porcelana o cerámicos: apenas tienen porosidad, así que se limpian muy fácilmente. Hay una gran variedad de colores y texturas, además de diversos tamaños.

– Azulejos rectificados: se cortan de manera diferente a los tradicionales, que es recto en un ángulo de 90 grados. Son más caros, pero estéticamente mucho más bonitos. Se fabrican de forma que las juntas apenas se notarán cuando se instalen.

– Gresite: son los azulejos que están de moda en los últimos años, muchos pequeñitos en una pieza más grande y que se llevan tanto en baños como en cocinas.

– Gres normal o porcelánico: tienen muchos colores y texturas, y son válidos tanto para suelos como paredes.